sábado, 10 de abril de 2010

COMENTOCRACIA

Comentocracia

Por Jorge Castañeda

¿Esquizofrenia?

El proceso electoral ha terminado: Felipe Calderón será el próximo Presidente; las coyunturas pendientes -grito, desfile, toma de posesión- serán sorteadas y, como diría Borges, "tout le reste est littérature". El fallo del Tribunal fue unánime, no sin regaños al PAN, al CCE y a Fox. Y todo ello nos permite iniciar una reflexión que tomará más tiempo y esfuerzo sobre el balance del sexenio de Fox y las razones del triunfo de Calderón. Éste es sólo un principio.

Impera en México algo que los norteamericanos llaman "disconnect", un desfase entre la visión de México y Fox que sostiene la comentocracia, y el sentir que, de acuerdo con las encuestas, parece prevalecer entre la población. Esta esquizofrenia es especialmente visible en aquellos periódicos -como el nuestro- que tienen encuestadores de casa y páginas editoriales elocuentes y comprometidas.

La comentocracia, detalles más, detalles menos y con excepciones, sostiene que el sexenio ha sido representado, en el mejor de los casos, por una profunda decepción y, más bien en la mayoría de los casos, por un desastre total, plagado de fracasos, faux pas e impericias, y que culmina con el país postrado y en el peor estado en el que lo ha dejado Presidente alguno. Si algún mérito detectan, con lupa, al sexenio, es atribuible a factores ajenos a Fox como: Gil y Ortiz, el precio del petróleo, Frenk o la tradición de Tlatelolco. Todos los desaciertos, en cambio, sí son de Fox y son muchos: más pobres que nunca, más corrupción, más violencia e inseguridad, menos crecimiento, más ilegitimidad del nuevo Presidente, más incidentes bochornosos ante el mundo que nunca. Exagero pero creo que no pocos colegas de la comentocracia se reconocerán en esta rápida reseña.

El problema es que de acuerdo con las encuestas, el resto del país no parece compartir este Apocalipsis. Las encuestas de los últimos meses y sobre todo posteriores a la elección, en vivienda y telefónica, públicas y privadas, de medios e independientes, con simpatías por el PAN o el PRD, muestran que Fox está a punto de terminar su sexenio con los mayores índices de aprobación desde la Cumbre de Monterrey del 2002, superiores a los de sus predecesores y comparables a los de los presidentes de Latinoamérica de mayor éxito en tiempos recientes como Lagos en Chile. Esta aprobación no se limita a la persona de Fox sino que abarca también su desempeño rubro por rubro: manejo de la economía, manejo de las relaciones internacionales, combate a la pobreza, honestidad. No es un juicio a su persona, es una apreciación de su gestión. Pero no sólo contamos con estas encuestas sino también con la madre de todas: la del 2 de julio. Aquí la comentocracia tiene que optar: o comparte la opinión de LO de que Calderón ganó gracias a Fox, en cuyo caso Fox no puede ser visto como el peor Presidente de la historia; o bien considera que es efectivamente el peor Presidente de la historia, en cuyo caso no se entiende cómo pudo haberle ayudado a Calderón. El hecho es que gracias o a pesar de Fox, su candidato "default" ganó, su partido pasó a ser la primera mayoría en el Congreso y ganó todas las gubernaturas que estaban en juego el 2 de julio y en estados donde ya gobernaba. Para un Presidente fracasado terminar con niveles de aprobación superiores al 60 por ciento con su opción sucesoria confirmada en las urnas y con su partido habiendo logrado su mejor desempeño, no está mal.

Muchos se explican a estas alturas el innegable desfase entre "círculo rojo" y "verde" de varias maneras, unas absurdas, otras atendibles. Las absurdas: 1) el "pueblo" se equivoca, vean el caso Hitler en 1933 -no merece comentario; 2) es pura mercadotecnia por la aplastante campaña de spots durante el primer semestre del 2006. No es falsa la explicación pero sí insuficiente: en distintos grados la misma campaña se dio todo el sexenio y no logró estos resultados, como ejemplo, la elección del 2003 y también Salinas y Zedillo lo hicieron pero no lograron lo mismo; 3) se trata de un efecto efímero que se desvanecerá con el tiempo. Esto no es imposible pero tampoco seguro: la impresión de final de sexenio o de semanas después de la entrega del poder suelen ser duraderas -si no habría que preguntarle a Echeverría o a Salinas; 4) no sirve de nada esa popularidad porque no se traduce en apoyo en el Congreso. Esto es cierto, pero es un problema distinto.

Quizás la mejor explicación se encuentre en la perspectiva diferente que tienen la gente y la comentocracia. A esta última le preocupa mucho la diferencia entre Borges y Borgues; pero a la gente le interesa la tasa de interés hipotecaria. Al círculo rojo le importan las metidas de pata verbales de Fox; a la gente su situación económica personal, el Seguro Popular o la extensión de Oportunidades. Los 10 años de estabilidad económica con crecimiento mediocre pero constante que termina en diciembre, han ensanchado de manera muy significativa la clase media mexicana hacia abajo. Se ve en los vuelos de las líneas de bajo costo, en los hoteles, en el parque vehicular, en el mercado de vivienda. De acuerdo con una encuesta reciente de GAUSSC, no sólo 63 por ciento aprueba a Fox, sino que 39 por ciento opina que su situación económica personal es mejor ahora que en el 2000 contra sólo 19 por ciento que dice que es peor -el resto dice que es igual-; o que en el último año 58 por ciento de la población con teléfono había obtenido crédito de algún tipo. No es lo que se esperaba de Fox, ni es lo que el país necesitaba pero es mucho más de lo que reflejan las páginas editoriales. Por desgracia, aun con todos los avances bioquímicos recientes, la esquizofrenia sigue siendo una enfermedad incurable. El país y muchos de sus medios la padecen. ¿Cómo superarla?

miércoles, 7 de abril de 2010

Hacia la verdad, desde el amor

Hacia la verdad, desde el amor

Por M. B. A. Francisco J. Hernandez G.

Muchas veces no buscamos la verdad por miedo, por intereses turbios, por egoísmo, por pereza, por soberbia, por amor a la vida de placeres.

Tal vez he llegado a pensar que cuando estudio si sea o no sea malo hacer “eso”, o si busco más a fondo cómo se aplica la justicia en la vida profesional, o si pregunto sobre lo que se me pide como católico, o si me abro a las riquezas del Evangelio, me estaría “cortando las alas” y perdiendo ocasiones para “crecer” y vivir según mis gustos, hasta el “extremo” de terminar con una existencia aplastada por mandamientos y normas que hoy no se estilan y que, en el fondo, tampoco me gustan...

La perspectiva cambia totalmente si vemos la verdad como un don de Alguien que nos ama.

El Evangelio, con sus mensajes austeros y magníficos, nace desde un Amor maravilloso, desde el gesto del Padre que envía a su Hijo para conducirnos hacia la verdad plena y hacia la vida eterna. Entonces, estudiar la vida de Cristo, acoger sus enseñanzas en el Evangelio, optar por ser miembros de la Iglesia católica fundada por el Maestro, se nos presenta como una aventura maravillosa, como una respuesta llena de alegría a la llamada profunda y sincera del Dios que nos hizo y que nos espera, para siempre, en el cielo.

El camino hacia la verdad se hace gustoso, se hace más sincero, llega hasta lo más profundo de una vida, si se recorre desde el amor.

Por amor Dios nos dio la vida.

Por amor nos ha arropado con mil gestos de cariño.

Por amor nos permitió un día ir al Catecismo, leer la Biblia, participar en los Sacramentos.

Por amor me tendió la mano, una y mil veces, si el pecado manchó mi corazón débil y egoísta.

Ese amor me invita, me ofrece, un camino hacia la verdad, que es vida, que es alegría, que es eternidad. Podré, entonces, iluminar mi conciencia, denunciar pecados que tal vez acariciaba con cinismo, abrirme a horizontes de generosidad que me llevan a pensar menos en mí y más en el prójimo que me necesita.

Es hermoso, cada día, caminar hacia la verdad desde el amor.

Si lo hacemos, si nos dejamos encontrar, si nos dejamos guiar por el Maestro, descubriremos que nuestra vida y nuestras palabras serán muy pronto estímulo para que también otros puedan dar un paso hacia Cristo. Serán capaces, así, de descubrir esas verdades profundas que guían los senderos de mi vida: Dios nos perdona, nos ama, y nos espera, un día, en la gran fiesta de los cielos.

lunes, 5 de abril de 2010

Parte final de la propuesta de FCH

Para la sociedad, la iniciativa de Reforma Política en favor de los Ciudadanos representa la oportunidad de convertir la insatisfacción en participación. Ésta no puede ser una reforma elaborada, discutida y aprobada únicamente por los políticos, por los partidos y los gobernantes. Es imprescindible escuchar la voz de los ciudadanos, en especial porque se trata de ampliar sus derechos y espacios de participación política.

Por eso, invito a las organizaciones de la sociedad civil, a los académicos y especialistas, a los trabajadores, a los estudiantes, a los empresarios, a los activistas y a los militantes de todos los partidos políticos, a quienes participan en las llamadas redes sociales en internet y a todos los ciudadanos a participar en la discusión de la reforma política en los diferentes foros de expresión y opinión que se están estableciendo.

Los ciudadanos son los verdaderos actores de la reforma política. En este Año de la Patria abramos a todos los ciudadanos el debate, impulsemos entre todos los cambios profundos que el país requiere. Pasemos del Sufragio Efectivo a la Democracia Efectiva. La Reforma en favor de los ciudadanos busca ese propósito.

Madero en 1911 publica

Madero en 1911 publica, bajo el seudónimo de Bhima, un Manual Espírita en el que reflexiona sobre la política como una derivación pública de la moral:

“Es indudable que si todos los hombres de bien hicieran a un lado sus egoísmos y se mezclasen en los asuntos públicos, los pueblos estarían gobernados sabiamente y serían los hombres de más mérito y virtud los que ocuparían los puestos más elevados; y es natural que hombres así harían el bien y acelerarían la evolución de la humanidad, no sucediendo lo mismo con los hombres malvados que con tanta frecuencia ocupan dichos puestos, porque a más de no gobernar sino en vista de sus propios y mezquinos intereses, dan un ejemplo pernicioso a las masas que sólo ven recompensado el éxito obtenido aún a costa del crimen, y ello significa un estímulo para las malas tendencias, a la vez que un gran obstáculo para la virtud, porque, en tales condiciones, el hombre bueno y virtuoso es víctima de toda clase de persecuciones, mientras el malvado que se amolda a la situación es recompensado. En un país gobernado por hombres perversos, el vicio y el crimen son recompensados y la virtud perseguida, lo cual influye poderosamente, en el ánimo de una gran mayoría que, insensiblemente, se acostumbra a considerar práctico y conveniente todo lo que tiende a armonizarla con tal situación, y sueños, utopía, locura, todo lo que signifique tendencias nobles y elevadas”.